La sordera es la pérdida total de la audición en uno o ambos oídos. En un 50% de los casos la sordera total es prevenible. Un gran número de personas, en el mundo, están afectadas por pérdida de audición que es posible mejorarla y tratarla con medicamentos, cirugía y el uso de audífonos y otros dispositivos. La sensibilización y la atención primaria, test auditivos, pueden ayudar a reducir la prevalencia y los efectos adversos de la pérdida de la audición. La sensibilización es esencial para el cuidado eficaz del oído y la audición.
La pérdida de audición por la exposición al ruido en el trabajo es actualmente el riesgo profesional objeto de más indemnizaciones. En cuanto a las actividades recreativas, el riesgo que comporta el ruido procedente de aparatos de música y de otras fuentes de entretenimiento es cada vez mayor entre los jóvenes: se calcula que 1100 millones de personas en todo el mundo corren el riesgo de perder audición como consecuencia del ruido excesivo al que se exponen de este modo.
La detección y el tratamiento precoces son importantes para prestar a los lactantes y niños pequeños sordos y con trastornos de la audición el apoyo adecuado para gozar de igualdad de oportunidades en la sociedad.
Si no se trata, la pérdida auditiva afecta a la comunicación y puede agravar el aislamiento social, la ansiedad, la depresión y el declive cognitivo. La pérdida de la audición debida a la edad se puede tratar eficazmente con diversos medios, especialmente audífonos.
Se calcula que hasta 56 millones de personas podrían mejorar su audición gracias a estos dispositivos. Sin embargo, la producción actual de audífonos, por ejemplo, satisface menos del 10% de las necesidades mundiales y del 3% en los países en desarrollo.