Según datos publicados por la OMS, en el año 2050 una de cada cuatro personas tendrán problemas auditivos, son cifras realmente preocupantes ya que más de 700 millones de habitantes tendrán que acudir a revisiones otorrinológicas o auditivas para hacer frente a esos problemas.
En muchas ocasiones la pérdida de audición viene derivaod de problemas en nuestro día a día como consecuencia de una exposición a fuertes ruidos o como consecuencia a trabajos con mucho estrés acústico, como trabajos en discotecas, cantantes o profesiones como albañilería o en obras.
Una prevención temprana y una protección adecuada pueden ayudarnos a mitigar en el futuro la pérdida auditiva, hay que invertir muchos esfuerzos en dar acceso a las consultas otorrinológicas a todos los pacientes que pueden sufrir esta exposición para estudiar cada caso en profundidad, ya que una inversión previa mitiga el impacto económico y en la salud futuros.
Uno de los problemas principales a la hora de prevención o control de la pérdida auditiva viene dado porque, los servicios médicos destinados a esta prevención en muchos países no se integra en los sistemas públicos de salud y hay que pagar por ello, lo cual impide a muchos ciudadanos el acceso a los mismos.
La falta de conocimiento sobre la pérdida auditiva también puede acarrearnos problemas fututos, ya que no somos capaces en muchas ocasiones de identificar de donde viene el problema y con ello se produce un aislamiento del individuo.
Según este informe de la OMS: Aproximadamente el 78% de los países de ingresos bajos cuentan con menos de un otorrinolaringólogo por cada millón de habitantes; el 93% tiene menos de un audiólogo por cada millón de personas; solo el 17% tiene uno o más logopedas por cada millón, y solo el 50% dispone de, al menos, un maestro para sordos por cada millón de habitantes.